La urgencia y relevancia de los Ecofeminismos
en el mundo contemporáneo
Eduardo Rincón
Higuera.
Los desafíos
éticos que nos ofrece el mundo contemporáneo gravitan, en un alto grado,
alrededor del tipo de relación de que tenemos con la naturaleza y los demás
animales, sobre todo en el contexto de la emergencia climática y los posibles
colapsos socioecológicos. Sumado a ello, problemáticas como la migración, la
creciente desigualdad económica, la desigualdad de género y las distintas formas
de dominación y explotación a todo nivel marcan la agenda de los asuntos con
los que debemos lidiar en el inicio de la segunda década del siglo XXI.
Hacer frente a
dichos desafíos, de tal magnitud, exige de nosotras un cultivo intelectual,
emocional y político que nos prepare para entrever los móviles de dominación y
explotación que sostienen esas dinámicas actuales y que, de manera urgente, nos
permita construir colectivamente alternativas interseccionales que den cuenta
de manera conjunta de dichas problemáticas.
En el contexto
de las discusiones teóricas y de las praxis sociales acontecidas en las
últimas seis décadas, el Ecofeminismo se erige como una voz potente que
reclama igualdad de género y fija atenta su mirada a la forma en que la crisis
socioecológica y la relación con los demás animales devela tópicos y patrones
de explotación que pueden ser desactivados de manera conjunta. En el seno de
dicho movimiento, bastante plural por demás, voces como la de Karen Warren,
Vandana Shiva, Rosi Braidotti, Carol Adams, Alicia Puleo, Angélica Velasco,
Aimé Tapia, entre muchas otras, cobran cada día más vigencia y relevancia dada
la agudeza de sus análisis, la profundidad de sus argumentos y la pertinencia
de las alternativas para afrontar la realidad contemporánea. Así la cosas, el
ecofeminismo “es un movimiento que ve una conexión entre la explotación y la
degradación del mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres.
Emergió a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el
movimiento verde. El ecofeminismo une elementos del feminismo y del ecologismo,
pero ofrece a la vez un desafío para ambos. Del movimiento verde toma su
preocupación por el impacto de las actividades humanas en el mundo inanimado y
del feminismo toma la visión de género de la humanidad, en el sentido que
subordina, explota y oprime a las mujeres.” (Mellor, 1997, pág. 1)
En suma, se
trata de un abordaje que redefine las jerarquías y las desigualdades más allá
del reduccionismo patriarcal, caracterizado entre otros por la imposición de
dualismos: humano-animal; naturaleza-cultura; hombre-mujer; etc, y propone la
fusión entre dos pensamientos críticos, feminismo y ecologismo, para darle una
nueva perspectiva a la relación que existe entre el cambio climático, la
desigualdad de género, la explotación animal, la pobreza, entre otros.
Tomando como
punto de partida la necesidad histórica de la reivindicación de la mujer como
protagonista en la construcción de la historia, la urgencia de su
empoderamiento y el desmonte de las estructuras de dominación patriarcal, el
ecofeminismo se lanza al a discusión pública con gran variedad de prismas.
Vandana Shiva y Maria Mies, por ejemplo, reivindican una conexión privilegiada
entre las mujeres y la naturaleza, junto con un arsenal de argumentos
sociológicos, culturales y económicos que le dan otra mirada a la sociedad de
la India, pero cuyas experiencias y análisis han sido recibidos en los países
Latinoamericanos por la cercanía de algunos de sus contextos. Shiva insiste, en esa línea, en la
recuperación de una ‘conciencia holística’ que resulta determinante para
transitar más allá del maquinismo moderno-capitalista, uno de los motores
fundamentales de la destrucción de la vida: “lo que se revela aquí es la
posibilidad de recuperar el sentido de nuestra continuidad ontológica con una
naturaleza a la que pertenecemos las mujeres por la posibilidad que tenemos de
generar y regenerar la vida y a la que mayoritariamente los hombres han
decidido ser ajenos al desatender los roles del cuidado.” (Guerra, 2001,
pág. 115)
Esa perspectiva ‘esencialista’ ha hecho que sus luchas estén bastante cercanas
a la preocupación por asuntos sociales profundos relacionados con la feminización
de la pobreza, la dominación sobre el Sur Global, el aislamiento de las mujeres
de la vida pública, la victimización de las mujeres a causa del cambio
climático, entre otros.
Karen Warren
también denuncia con fuerza esa conexión histórica entre el racionalismo
occidental, el patriarcado, el capitalismo y la dominación sobre animales y
naturaleza con el aislamiento, la desposesión y la opresión de las mujeres
consideradas como ‘inferiores’: “todo aquello que se destinaba a ser dominado,
entre ello los pueblos de las tierra colonizados o las clases populares, se
naturalizaba -como primitivo y tosco- o se feminizaba. Naturalización y
feminización, dos caras de la misma moneda, servían de estrategia ideológica
para inferiorizar y justificar la sumisión.” (Guerra, 2001, pág. 117) Asímismo, y por
tratarse de un asunto estructural, es fundamental la crítica que ella hace a
esa dominación epistemológica de lo masculino que relega a los saberes de las
mujeres campesinas e indígenas y se introduce en el ejercicio de la
agricultura, a gran escala, produciendo desequilibrios ecológicos
irreversibles.
Más
recientemente, Aimé Tapia reivindica la conexión entre el pensamiento indígena
latinoamericano y la teoría feminista y promueve la reflexión-acción acerca de
la “relevancia de las mujeres indígenas como productoras de epistemología y
ética en el contexto de la globalización neoliberal.” (Tapia, 2018,
pág. 305)
Adicionalmente, elabora una serie de reflexiones y análisis críticos sobre la
invisibilización que la pretendida universalidad del pensamiento moderno
occidental ha generado sobre formas de vida, concepciones y sujetos propios de
la cosmovisión no occidental: los animales no humanos, la Tierra como sujeto
viviente, la primacía del colectivo y del ‘nosotros’ sobre el individualismo
del ‘yo’, entre otros. El rescate de dichas concepciones supone, además, una
reconfiguración de la relación el territorio, los saberes ancestrales, y las
formas de hacer política, de construir otras economías y, en general, de habitar
la Tierra de maneras muchos más cuidadosas y justas.
Otro de esos
prismas lo constituye Alicia Puleo para quien el ecofeminismo es pensamiento y
praxis para responder a los desafíos del siglo XXI, posibilitando una profunda
transformación en nuestra relación depredadora con la Naturaleza y los demás
animales. Puleo le apunta a un ‘ecofeminismo ilustrado’ como “una posición que
se orienta hacia la ecojusticia y la sostenibilidad sin renegar de las
conquistas de igualdad y autonomía que el feminismo ilustrado ha obtenido o
sigue demandando como asignatura pendiente de las democracias modernas.
Considero que la sostenibilidad debe ser hermandad con el conjunto de la
ciudadanía, con niñas, niños, mujeres y hombres pobres del Sur, responsabilidad
con las generaciones futuras y compasión activa con los demás seres vivos con
los que compartimos la Tierra.” (Puleo, 2020, pág. 1) En ese sentido, se
ubica en un espectro crítico que también considera lo económico como elemento
fundamental de la crisis de nuestro tiempo y que considera que debemos
“transformar el modelo androcéntrico de desarrollo, conquista y explotación
destructivos implica tanto asumir una mirada empática sobre la Naturaleza como
un análisis crítico de las relaciones de poder.” (Puleo, 2011, pág. 16)
El interés del
Puleo por las relaciones entre el ecofeminismo y una ética hacia los animales
no humanos surge al estudiar la historia del feminismo mismo, y la lucha contra
la crueldad hacia los animales y la vivisección que sostuvieron las
sufragistas, primera ola del feminismo de los años sesentas. El recorrido por
esas formas de dominación, permitieron establecer parentescos entre las
diversas formas de control y coacción hacia los animales y, por ejemplo, las
mujeres maltratadas en casos de violencia intrafamiliar o feminicidio. Esos
lazos iniciales han dado pie a diversos estudios sobre la conexión entre
violencias y a la necesidad de abordar interseccionalmente la fuente de la dominación.
En esa línea, Angélica Velasco Sesma, en su libro La ética animal ¿una
cuestión feminista? (2017) afirma que la ideología de la subordinación de
los animales supone una estrategia que aplaza indefinidamente las
transformaciones fundamentales, culturales y polítivas, en nuestra relación con
ellos, del mismo modo que la ‘causa’ de la mujer se aplaza indefinidamente en
nombre de asuntos más ‘relevantes’ como la economía. Velasco apunta entonces
que necesitamos abordar “la cuestión de la Ética Animal como una cuestión
feminista partiendo de las conexiones entre la dominación por razón de género y
de especie [pues] (…) la animalización y naturalización de las mujeres han
permitido justificar su sometimiento. (…) Precisamente ha sido el ecofeminismo
el que ha mostrado que los diversos sistemas de dominación se encuentran
vinculados a nivel conceptual. Partiendo de esta constatación, resulta fácil
entender que es un imperativo moral y una necesidad práctica analizar estas
conexiones de manera holista y tratar de superarlas mediante un trabajo
conjunto y global.” (Velasco
Sesma, 2017, págs. 15, 19)
Toda esa
diversidad converge, al final en un llamado urgente a la reconstrucción de
nuevas sabidurías, nuevas epistemologías, nuevas praxis que han sido ocultas e
infravaloradas, y muchas otras que están en mora de ser creadas sobre la base
de los desafíos del presente. Caracterizar los problemas de nuestro tiempo como
interconectados, y crear estrategias interseccionales lideradas y promovidas
por mujeres para proteger la vida, humana y no humana, la Tierra en su
conjunto, y la comunidad, resulta ser el mandato más importante de nuestro
tiempo.
Referencias
Guerra, M. J. (2001). Breve
introducción a la ética ecológica. Madrid: Antonio Machado Libros.
Mellor, M. (1997). Feminism
and ecology. New York: New York University.
Puleo, A. (2011). Ecofeminismo
para otro mundo posible. Madrid: Ediciones Cátedra.
Puleo, A. (17 de
Febrero de 2020). Mujeres en Red. Obtenido de
http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1714
Tapia, A. (2018). Mujeres
indigenas en defensa de la tierra. Madrid: Ediciones Cátedra.
Velasco Sesma, A.
(2017). La ética animal ¿una cuestión feminista? Madrid: Ediciones
Cátedra.
Comentarios
Publicar un comentario